Uno puede pensar que con ese aspecto angelical, estas dos bailarinas son chicas muy formales y nada alocadas. Pero lo cierto es que no es así y en una de sus clases de ballet, se convirtieron en un par de zorras. Fue todo a causa de su nuevo profesor, un tipo guapo y cachas que al verlas con esos leotardos apretados, acabó muy cachondo y ellas no dudaron en aprovecharse. En seguida se zamparon su polla a base de mamadas y terminaron compartiéndola en un trío donde se corrieron como nunca.