Aunque aun es muy joven, la curiosidad le pudo a esta colegiala rusa y cuando se quedó a solas con su chico, le pidió algo muy especial. Se había empeñado en estrenar su trasero en el sexo anal y no paró hasta conseguir convencerle para que se lo abriese a pollazos. Lo hizo con esa falda tan corta y desnudándose poco a poco, hasta dejársela bien dura y lista para perforar su ojete hasta el fondo y llevarla a sentir orgasmos que jamás había experimentado.