Llegó el día del cumpleaños de uno de sus amigos y este par de gordas tetonas pensó en que regalarle al chaval. Estuvieron meditándolo largo y tendido, hasta que tuvieron una gran idea para poner en práctica. El chico siempre se había fijado en sus enormes ubres, así que esa tarde le invitaron a su piso y le ofrecieron sus pechotes en un trío casero. Él estaba encantado y al final, se empleó a fondo para disfrutar de su regalo, follándose a ese par de rellenitas por turnos sobre la cama.