Mientras practicaba un poco con su billar, este tipo no se dio cuenta de que su vecina le miraba desde su piso. Se ve que a la chica le ha llamado la atención y si por algo destaca, es por follarse a todo lo que se mueve. Así que fue a hacerle una visita muy especial y tras un pequeño momento jugando con él, decidió saltar a por su paquete y dar rienda suelta a su zorrería. El tipo se dejó llevar y acabó poniéndola a cuatro patas sobre una silla, donde le dio caña mientras lograba hacer que se corriese a pollazos.