Suele tener muchas clientas guapas, pero este masajista se quedó de piedra al tener sobre su mesa a semejante negrita. La chica estaba tremenda, con ese culazo de ébano y sus tatuajes, los cuales le provocaron un empalme que pronto se pudo notar. Y como no, cuando la mulata se dio cuenta, no tardó en darse la vuelta y en echar mano de su rabo, para llevárselo a la boca y después disfrutarlo en su coño, con una follada interracial que sin duda fue mucho mejor que el masaje.