Tras ir a una playa con sus amigas, esta milf alemana se fijó en un jovencito y no dudó en acercarse para ponerle crema. El chico le dejó hacerlo y al rato, se fueron de allí cogidos de la mano y en busca de un lugar más íntimo. Una vez a solas, la rubia no dudó en chupársela para luego dejar que le metiese la polla junto a un río, donde gimió de gusto y acabó recibiendo una buena dosis de lefa en su boca, que la dejó relamiéndose de gusto.