Tras pasar por quirófano, esta española se ha puesto dos pechotes tremendos y con ellos, no hay hombre que se le resista. Siempre va escotada y el último chaval en caer, terminó con la baba por el suelo tras fijarse en sus ubres. Ella le dejó probarlas en el sofá de su casa, hasta terminar saboreando su rabo como una perra en celo, antes de pedirle que se la metiese por el coño hasta el fondo y terminase ese polvazo con la cara cubierta de lefa.