Tras ofrecerse a llevar a su compañera de clase mulata a casa, este chico quiso ser atrevido y sacó unos billetes con los que quiso pedirle un «favorcito». Y es que las negritas siempre le han puesto muy cachondo y deseaba pasar un buen rato con ella, así que la chavala aceptó el trato y comenzó por chupársela en el coche. Una vez en casa, fueron directos al dormitorio y acabaron follando duro, mientras el chaval grababa en primera persona ese polvazo interracial.