Se ve que el padre de esta chica tiene mucho dinero, ya que tiene su propio gimnasio en casa y hasta un entrenador personal. Hoy la chica estaba usando la bicicleta estática, cuando apareció el monitor listo para darle unas lecciones. Lo que pasa es que tanto roce juntos acabó caldeando el ambiente y al final, la morena acabó con ganas de zamparse su rabo. Cuando se lo enseñó no podía creerse o grande que era y en seguida pudo disfrutar de él, quemando calorías y sudando con un polvazo interracial.