Tocaba intercambiar regalos y cuando su novia se puso de rodillas, tuvo claro lo que iba a darle. Le ofreció como presente unas buenas mamadas con esa boca de zorra que tiene y que tanto placer le acabó dando esa mañana. Encima lo hizo con el gorrito de Papa Noél y como no, esa imagen lo puso cachondísimo. Cuando estuvo listo, le tocó a él darle su regalo y como no, no pudo ser otra cosa que una buena corrida en su preciosa cara.