A estas dos europeas les encanta chupar pollas y si es en grupo, mucho más. Las dos se encargan de sacarle brillo a los rabos de varios de sus follamigos, en una orgía brutal donde terminan atragantándose tras esos esfuerzos que hacen. Se nota que han adquirido mucha técnica y para acabar la faena, una de esas zorras se pone de rodillas y no duda en pedirles un bukkake, que termina con su cara cubierta de litros de lefa caliente chorreando por sus mejillas.