Tras quedar con un chófer que le habían puesto para que se moviese por la ciudad, Sara Jay se metió en el asiento de atrás y al ver que era negro, empezó a flirtear. La madurita adora a los chicos de color, sobre todo por esos enormes rabos que gastan y le pidió que se fuese con ella a un hotel para estar más cómodos. El tipo le siguió la corriente y una vez a solas, ella se lanzó a por su polla de color, para cabalgarla como una profesional y llegar al orgasmo varias veces.