Parecer que la novia de su hijastro no quiere comerle el rabo y él anda algo decaído por ello. Por suerte para el chaval, su madrastra si que es una golfa en mayúsculas y una profesional del sexo oral, así que se dispone a regalarle una sesión de sexo oral una tarde. El chico se pone cómodo, mientras la cuarentona hace gala de sus habilidades y saca brillo esa polla con su boca de zorra.