Una de las chicas de la oficina se casaba y sus compañeras le regalaron un stripper en la hora libre, a modo de despedida de soltera. Todas disfrutaron de ese cachas, tanto que al final no hubo ninguna que se quedase al menos sin chuparle la polla. De hecho, la futura esposa se soltó la melena y tras unas copas, acabó abierta de piernas en el trabajo y dejando que le metiese el rabo a conciencia, mientras el resto de amigas se quedaba de piedra al verla engañar a su novio.