Tras pedirle a una de mis tías quedarme en su casa esa noche, vi como su hermana aparecía por allí y las dos empezaban a charlar. No tenía claro lo que estaban planeando, pero cuando aparecieron en lencería por el salón, lo tuve claro. Se ve que las dos tenían ganas de probar mi rabo y como no, dejé que lo hicieran y al final, las dos se turnaron para disfrutarlo en el sofá, mientras yo me lo pasaba en grande con esas dos maduras tan necesitadas y calientes.