Después de una dura entrada jugando al fútbol, esta rubia fue a tratar su lesión con el fisioterapeuta del club. El tipo estuvo tocando su rodilla un rato, hasta que la muy golfa cogió sus manos y las fue subiendo hasta llegar a su coño. Estaba claro lo que buscaba y como no, logró su objetivo y acabó follando duro en la sala de masajes. De hecho terminó a cuatro patas y no tardó en pedirle al masajista que se la metiese por el culo sin dudarlo.