Hacía tiempo que no veía a su tía y por eso, decidió hacerle una visita para ver que tal estaba. La señora se mostró muy cariñosa con él e incluso le dijo que podía quedarse en casa esa noche si quería. Le hizo caso y a la mañana siguiente mientras desayunaba, notó como sus manos se iban hacia su rabo, caldeando el ambiente entre los dos. No sabía que hacer pero mientras preparaba el almuerzo, fue por detrás y no dudó en metérsela para dejarle bien contenta.