Andaba en el coche con la polla dura como una piedra, buscando alguna chica que se apuntase a grabar porno. Por suerte, vio a esta zorra europea sola en un parque y tras una breve charla, le comentó el tema. Ella acabó aceptando, sobre todo al saber lo que iba a pagarle por echar un polvo. Así que se metió en el asiento de atrás y a cuatro patas, recibió una bestial follada que la cámara grabó antes de subirlo a la red.