Hacer recados no le hacía mucha gracia, pero tuvo que hacerlo y acabó en casa de una amiga gordita de su madre colocando unos cuadros en sus paredes. La madura estaba vestida con un vestido muy ceñido y aunque le sobraban unos kilitos, la verdad es que lucía espectacular. Hacía tiempo que no estaba a solas con un jovencito como ese y para devolverle el favor, lo que hizo fue sacar sus pechos a pasear y echarle un buen polvo, donde le dio vía libre para abrirle el culo a fondo.