Cada vez que ve a la hija del vecino, se queda con cara de tonto ya que la jovencita es muy guapa y le genera mucho morbo con sus pintas de chica dulce e inocente. Una tarde se fijó en como la chica tomaba el sol en la terraza y con un bikini que realzaba su cuerpazo natural, así que empezó a espiarla y a grabarla con su móvil. Se llevó una sorpresa ya que al poco rato, se quitó la parte de abajo y empezó a tocarse el coño, gozando de orgasmos y disfrutando a solas, hasta que se dio cuenta de que la estaba grabando y el chaval tuvo que esconderse por vergüenza.