Tras el divorcio, mi madre no se quedó de brazos cruzados y se lanzó a la caza de un nuevo ligue. Esta vez quiso un chico joven, que la hiciese sentir sexy y la rejuveneciese. Sin duda lo encontró y quiso presentármelo una tarde, pero entre los tres el ambiente empezó a caldearse. Y es que hubo un pequeño flirteo entre él y yo, algo de lo que se percató mi madre, aunque no se enfadó. De hecho, quiso aprovechar el momento y al final, los tres nos marcamos un polvete juntos, donde pude conocerle mejor tras sentir su rabo en mi coño.