Hace tiempo que esta madurita no ve a su sobrino y hoy cuando ha llegado a su casa, la señora no ha podido desviar la mirada de su paquete. En todo el rato que estuvieron charlando no le quitó ojo de encima, hasta que de repente sus manos se fueron directas a por su polla. El chaval no se lo esperaba, pero al final le dejó hacerlo, hasta que finalmente dejó que la milf le montase duramente en el sofá durante toda la tarde.