Cuando mi prima dudó ala hora de operarse sus tetas, recurrió a mi consejo y finalmente decidió pasar por el quirófano. Un día quiso enseñarme a mi el primero el resultado y la verdad es que le quedaron de lujo. Pero no se quedó simplemente en enseñármelas y de repente, la muy golfa se levantó el vestido y se quitó las bragas para follarme. Fue su particular manera de darme las gracias por la ayuda y como no, no dudé en aceptarlas.