Escuchó unos pasos cerca y al darse la vuelta, este chico vio que se trataba de su nueva vecina japonesa. La chica es muy guapa y parece que entre los dos hay una chispa especial, que más tarde o temprano acabaría por explotar. Pero lo que seguramente él no esperaba, es que fuese a pasar justo en ese momento, donde vio como la asiática le desabrochaba el pantalón en busca de su rabo. Él dejó que siguiese y tras unas buenas mamadas, le metió la polla a conciencia y follaron como animales, procurando que nadie les pillase.