La curiosidad hizo que este tipo se fijase en su vecina obesa, no porque le atrajese, sino por el morbo y la fantasía de quizás probar la experiencia con una mujer con tantas curvas. Pero de momento solo había llegado a eso, a imaginárselo… hasta que una tarde apareció en su garaje por sorpresa. Lo hizo con un vestido muy ceñido, contoneándose y metiéndole mano, hasta que logró ponérsela bien dura y lista para el polvazo que se acabaron marcando.